martes, 31 de enero de 2012

LA OBRA DE ELTON MAYO

Principales críticas.

·         Una gran parte de los estudios de los experimentos en eficiencia se había orientado hacia las funciones de producción, pero casi nada a la función social, hasta que el experimento Hawthorne revelo que ambas son indispensables.

·         Se observó que los sentimientos no solamente contaban más que las horas de trabajo, sino que los operarios se preocupaban más de la relación entre su jornal y el de sus compañeros de trabajo que del modo exacto de su jornal.

·         Los obreros no son movidos primordialmente por motivos económicos.

·         Las condiciones especiales del trabajo que afectaban a los trabajadores fueron: la baja  estima en que los trabajadores tenían esta labor: “no se necesita talento, solamente piernas fuertes”; la monotonía del trabajo; el aislamiento de los operarios, pues el ruido terrible de las máquinas y las distancias que los separaban casi impedían cualquier clase de comunicación.

·         Mayo inicio la investigación con la introducción de ratos de descanso equivalentes a dos intervalos de diez minutos por la mañana y otros dos por la tarde. Se animó a los trabajadores para que durmieran durante esos intervalos, disponibles inicialmente a solo una tercera parte de los operarios del departamento.

·         A los supervisores del departamento nunca les cayó en gracia el nuevo sistema, seguramente compartían con muchos supervisores cierto disgusto, por lo que consideraban un mimo para los trabajadores en nombre de la ciencia.

·         Creían que los descansos deberían ser ganados (es decir, que los operarios deberían completar ciertas tareas antes de obtener la autorización para descansar), y que al recibir órdenes especiales urgentes deberían abandonar el descanso por completo.

·         Al suponer que la solución a sus problemas residía en las mentes y cuerpos de los diferentes operarios: el aburrimiento genera pensamientos deprimentes  y la monotonía del movimiento conduce a alteraciones de la circulación y a la fatiga).

·         Es inevitable preguntarse qué hará el trabajador en su casa o durante un descanso, cuando ni si quiera tiene un trabajo monótono en que ocuparse.

·         Aunque se acepten los factores causales sugeridos originalmente por Mayo. Falta explicar por qué los descansos merecidos no elevaron la producción puesto que su efecto puramente físico debería ser igual al de las pausas no merecidas y, en segundo lugar, por qué las dos terceras partes de los trabajadores que no fueron gratificados con descansos mostraron un aumento casi igual en su capacidad productiva y una disminución en las faltas.

·         En su obra posterior THE SOCIAL PROBLEMS OF AN INDUSTRIAL CIVILIZATION

·         Lo que este y muchos experimentos posteriores mostraron fue el total fracaso de las premisas paleotécnicas referentes a la naturaleza humana. Mayo las describe como “hipótesis del populacho” de la sociedad y enumera los que considera sus postulados fundamentales. (La sociedad natural es una horda desorganizada de individuos, Cada individuo actúa en forma calculada para asegurar su conservación e interés propios, Cada individuo pone toda su lógica y capacidad al servicio de estas intenciones). Como hemos visto estas hipótesis no pueden atribuirse a nadie en particular, pues forman parte de la ideología de los industrialistas en una etapa específica del desarrollo industrial.

·         La demostración de Mayo de la falsedad de la “hipótesis del populacho” de la sociedad fue un importante descubrimiento con relevantes implicaciones industriales lo que llevaron a escribir en el libro mencionado: el concepto ordinario de las relaciones obrero-patronales como un enlace existente entre los funcionarios de la compañía por una parte y un número indeterminado de individuos por otra, es absolutamente erróneo. En ninguna factoría realmente próspera se relaciona la administración con los trabajadores aislados, lo que cuenta siempre son los grupos de trabajo.

·         Se inició un programa de entrevistas encaminadas a descubrir la naturaleza de esas actitudes. Inicialmente las entrevistas se redujeron a la interrogación directa, después de asegurar a los empleados que podían hablar libremente. Se espetaban pregunta como: ¿Qué opina usted del capataz?, ¿le parece justo o tiene preferencias?, pero no tardo en descubrirse que este método tiene muchos inconvenientes: tiende a causar antagonismos o respuestas estereotipadas, y probablemente inclina a simplificar demasiado las respuestas, reduciéndolas a sí o no. Además, la insistencia en los problemas que parecen importantes al entrevistador hace pasar por alto otros, de importancia para el trabajador, pero desconocidos por el entrevistador.